La Compañía Nacional de Cuba visitó Cádiz el pasado 18 de octubre con el ballet Coppelia, una de las obras más famosas del repertorio tradicional del género. Alicia Alonso, como coreógrafa y responsable de la compañía, transformó la obra de manera radical, pero estableciendo los conceptos del estilo clásico y cuidando la coherencia narrativa de la trama. Enriqueció la coreografía con momentos de gran virtuosismo técnico. Un abarrotado Teatro Falla disfrutó de un extraordinario espectáculo que premió con calurosos aplausos.
Alicia
Alonso, Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet
Nacional de Cuba, está
considerada como uno de los grandes mitos de la historia de la danza.
Son muy famosas sus representaciones de Giselle y
Carmen.
Nació
en La Habana (1920), donde inició sus estudios de danza con 9 años.
Desde sus comienzos, destacó sobre todas sus compañeras y tras una
representación de la Bella Durmiente, crítica y público fueron unánimes. A los
quince años se casó con Fernando Alonso, con quien se trasladó a
Estados Unidos. De él tomó el apellido. Allí continuó su
formación en la School of American Ballet. Su
actividad profesional comenzó en 1938, al participar en las comedias
musicales Great Lady y Stare in your eyes. Un año más
tarde entró en la American Ballet Caravan. Se incorporó al
Ballet Theatre of New York, en 1940, año de su fundación. A
partir de ese momento comenzó una brillante etapa de su carrera,
como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio
romántico y clásico. Con
diecinueve años un problema ocular la dejó parcialmente ciega. Sus
compañeros tenían que estar siempre en el lugar exacto donde ella
esperaba que estuviesen y utilizaba luces en sitios diferentes del
escenario para que la guiaran.
Fue
la intérprete principal en el estreno mundial de importantes obras
como Fall River Legend y Theme and Variations.
Actuó en numerosos países de Europa y América con el rango de
prima ballerina. En 1946 fundó en La Habana el Ballet Alicia
Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. A partir de ese momento, sus
actividades se compartieron entre el American Ballet Theatre y
su propio conjunto. Sus
versiones coreográficas de clásicos como Giselle, papel por el que
es más recordada, se han bailado internacionalmente. Alicia Alonso
es Embajadora de buena voluntad de la UNESCO, y Doctora Honoris Causa
por la Universidad de La Habana, y ha recibido la Medalla de Oro del
Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Orden de las Artes y las
Letras en Francia, entre otros reconocimientos.
“Alicia
Alonso. Para que Giselle no muera.” es un documental de RTVE sobre la
historia de Alicia contada por sus compañeros, admiradores, alumnos,
amigos... y por ella misma. Pincha aquí
para verlo.
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