viernes, 4 de octubre de 2013

Reseña de "La librería ambulante"

Con este libro, publicado en 1917, son muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles.

Título: La librería ambulante

Título original: Parnassus on wheels
Autor: Christopher Morley
Editorial: Periférica
Nº Páginas: 184
Traducción de Juan Sebastián Cárdenas

Helen McGill, aburrida de su monótona vida, compra una singular librería ambulante al encantador Roger Mifflin. Dentro del parnaso, comenzará a vivir miles de aventuras con él en su afán de hacer llegar los libros a toda persona viviente.

Roger Mifflin es sin lugar a dudas mi personaje favorito de esta novela, no solo por su gran sentido del humor sino también por su entrañable personalidad y el amor que tiene por la literatura.

Os propongo que leáis unas de las pequeñas piezas que forman el gran libro:

 “Cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad, quiero decir. ¡Repámpanos! Si en lugar de librero fuera panadero, carnicero o vendedor de escobas la gente correría a su puerta a recibirme, ansiosa por recibir mi mercancía. Y heme aquí, con mi cargamento de salvaciones eternas. Sí, señora, salvación para sus pequeñas y atribuladas almas. Y no vea cómo cuesta que lo entiendan. Sólo por eso vale la pena. Estoy haciendo algo que a nadie se le ha ocurrido hacer desde Nazareth, Maine, hasta Walla Walla, Washington. ¡Es un nuevo campo, pero vaya si vale la pena! Eso es lo que este país necesita: ¡más libros!"


“¿Sentido común? Por todos los santos, señorita, el sentido común es la cosa menos común que hay en el mundo."

“Ninguna criatura sobre la faz de la tierra tiene derecho a creerse un ser humano a menos que esté en posesión de un buen libro. El hombre que tiene unos cuantos buenos libros en su biblioteca hace feliz a su esposa, les proporciona a sus hijos un negocio redondo y se da la oportunidad de ser un mejor ciudadano.” 
“La buena vida tiene tres ingredientes: aprendizaje, satisfacción y deseo. Un hombre debería aprender sin cesar sobre la marcha; también debería ganarse el pan para él y los suyos; y debería desear también, desear conocer lo incognoscible.”

Espero que os hayáis animado a leerlo y que os guste tanto como me ha gustado a mí.


Artículo escrito por Begoña Esteban San Narciso

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