Supervivencia
total: diez días a la deriva, bebiendo agua del mar filtrada con una
bolsita y sin comida
El
pasado día 2 de mayo, una pareja de españoles formada por Marta
Miguel de 29 años y David Hernández de 30, viajaban desde la isla
de Balambanga hasta el distrito de Kudat a bordo de una lancha, junto
al dueño del resort en el que trabajaban, Tommy Lam, y otra empleada
del hotel de nacionalidad malaya, Armella Ali Hassan. Durante la
travesía, el motor principal de la lancha se estropeó y cuando
fueron a coger el de repuesto, éste cayó al mar.
Días
más tarde, un pescador halló
el motor, lo que despertó un gran temor entre los familiares.
Posteriormente, el equipo de búsqueda encontró la embarcación. Al
raíz de ahí, se esperaba lo peor, e incluso se hablaba de
secuestro.
Tras
diez días en alta mar, los españoles junto a los otros dos
trabajadores del resort, fueron rescatados por un barco pesquero,
concretamente en aguas territoriales vietnamitas en el mar de China
Meridional, bastante lejos de la zona de la que partieron. La
corriente marítima les desvió hacia una zona en la que confluyen
dos mares, es decir, en vez de arrastrarlos hacia un lugar
previsible, llegaron a una zona lejana, motivo por el cual,
el rescate llevó más tiempo.
Marta
y David viajaron a Malasia el pasado enero, tras un primer viaje en
el que se enamoraron del país y de su gente. Como en España el
trabajo estaba mal y allí vieron las carencias en turismo,
decidieron emprender un proyecto a largo plazo. Actualmente, trabajan
en el complejo hotelero Tommy's Place, en el norte de la isla, a
cambio de alojamiento y de comida. Con ello, pretenden conseguir
experiencia y más adelante emprender. Él, electricista, se encarga
del mantenimiento y ella, se ocupa de las labores de comunicación y
marketing del resort.
Finalmente,
tras pasar la noche en una base militar de Malasia, la pareja
española fue trasladada a la capital del estado de Sabah, en la isla
de Bormeo, donde les hicieron un exhaustivo reconocimiento médico.
La pareja logró volver a España para reunirse con los familiares
debido a que todo estuvo correcto, a excepción de las lesiones
típicas de estar varios días en alta mar sin protección, sin agua
ni comida: quemaduras, rozaduras en la piel por la humedad,
deshidratación,...
La
familia y amigos coinciden que han tenido mucho fortaleza y una gran
capacidad mental. Aseguran que están acostumbrados al riesgo, y eso
ha contribuido a un final feliz.
Sin
embargo, el espíritu aventurero de los jóvenes hace temer a ambas
familias que la estancia en España no durará mucho, a pesar de la
"aventura". "Les encanta la cultura malaya",
explica Luis Miguel, padre de Marta. "Creo que van a querer
seguir con su aventura allí. Y son muy cabezones", recalca
Sandra Hernández, hermana de David.
Ana
Jaramillo Vela, 4ºA
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