lunes, 6 de junio de 2016

UN TRAYECTO DE DOS HORAS QUE ACABÓ CONVIRTIÉNDOSE EN UNA TRAVESÍA DE DIEZ DÍAS

Supervivencia total: diez días a la deriva, bebiendo agua del mar filtrada con una bolsita y sin comida


El pasado día 2 de mayo, una pareja de españoles formada por Marta Miguel de 29 años y David Hernández de 30, viajaban desde la isla de Balambanga hasta el distrito de Kudat a bordo de una lancha, junto al dueño del resort en el que trabajaban, Tommy Lam, y otra empleada del hotel de nacionalidad malaya, Armella Ali Hassan. Durante la travesía, el motor principal de la lancha se estropeó y cuando fueron a coger el de repuesto, éste cayó al mar.

Días más tarde, un pescador halló el motor, lo que despertó un gran temor entre los familiares. Posteriormente, el equipo de búsqueda encontró la embarcación. Al raíz de ahí, se esperaba lo peor, e incluso se hablaba de secuestro.

Tras diez días en alta mar, los españoles junto a los otros dos trabajadores del resort, fueron rescatados por un barco pesquero, concretamente en aguas territoriales vietnamitas en el mar de China Meridional, bastante lejos de la zona de la que partieron. La corriente marítima les desvió hacia una zona en la que confluyen dos mares, es decir, en vez de arrastrarlos hacia un lugar previsible, llegaron a una zona lejana, motivo por el cual, el rescate llevó más tiempo.

Marta y David viajaron a Malasia el pasado enero, tras un primer viaje en el que se enamoraron del país y de su gente. Como en España el trabajo estaba mal y allí vieron las carencias en turismo, decidieron emprender un proyecto a largo plazo. Actualmente, trabajan en el complejo hotelero Tommy's Place, en el norte de la isla, a cambio de alojamiento y de comida. Con ello, pretenden conseguir experiencia y más adelante emprender. Él, electricista, se encarga del mantenimiento y ella, se ocupa de las labores de comunicación y marketing del resort.

Finalmente, tras pasar la noche en una base militar de Malasia, la pareja española fue trasladada a la capital del estado de Sabah, en la isla de Bormeo, donde les hicieron un exhaustivo reconocimiento médico. La pareja logró volver a España para reunirse con los familiares debido a que todo estuvo correcto, a excepción de las lesiones típicas de estar varios días en alta mar sin protección, sin agua ni comida: quemaduras, rozaduras en la piel por la humedad, deshidratación,...
La familia y amigos coinciden que han tenido mucho fortaleza y una gran capacidad mental. Aseguran que están acostumbrados al riesgo, y eso ha contribuido a un final feliz.

Sin embargo, el espíritu aventurero de los jóvenes hace temer a ambas familias que la estancia en España no durará mucho, a pesar de la "aventura". "Les encanta la cultura malaya", explica Luis Miguel, padre de Marta. "Creo que van a querer seguir con su aventura allí. Y son muy cabezones", recalca Sandra Hernández, hermana de David.

Ana Jaramillo Vela, 4ºA

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