En
Corea del Norte han hecho pruebas con bombas de hidrógeno, mucho más
potente que las bombas atómicas que se lanzaron a Hiroshima y
Nagasaki en 1945. A
diferencia de las bombas atómicas, que se crean a partir de la
fisión de los núcleos de los átomos del plutonio o el uranio, la
bomba H o termonuclear, se basa en la fusión de los átomos del
hidrógeno para generar una explosión nuclear. Es una técnica mucho
más complicada, y que requiere también un proceso de fisión
inicial, pero que da como resultado un arma mucho más potente. Si
una bomba atómica, al estallar libera una energía que se suele
traducir en kilotones, la bomba H se mide ya en megatones (un megatón
son 1000 kilotones).
Cuando Kim
Jong-un dio el visto bueno a la prueba el 15 de diciembre. La
televisión de ese país divulgó una imagen de la orden, firmada de
puño y letra del líder supremo. “Que el mundo vea este Estado
fuerte, autosuficiente, en posesión de la bomba nuclear” lo que
decía esa orden.
Tras
ver ese anuncio los expertos reaccionaron con división de opiniones
sobre la exactitud y posibilidad de que Pyongyang tenga un arma
termonuclear. Hay gente que duda
de que se trate de una bomba H porque dicen que el terremoto no ha
tenido una potencia suficiente al estallar. La tercera y última
prueba nuclear norcoreana hasta ahora, de una bomba atómica en 2013
también generó la misma magnitud en un seísmo.
“Es
difícil considerar esta prueba la de una bomba de hidrógeno”,
declaró una fuente militar surcoreana. Yonhap -”Solo un puñado de
países, incluidos EEUU y Rusia, han llevado a cabo pruebas de bombas
de hidrógeno y el tamaño de las detonaciones alcanzaron entre los
20 y los 50 megatones”. En cambio, la última solo ha llegado a los
6 kilotones, según sus cálculos.
Es
posible que se haya tratado de una bomba a mitad de camino entre una
atómica y una termonuclear, una bomba donde se ha hecho un proceso
de fisión reforzado, a la que quizá, se le haya introducido algún
isótopo de hidrógeno.
La
nueva prueba nuclear del régimen de Pyongyang, la segunda bajo el
mando de Kim Jong-un, ha generado un rechazo generalizado en la
comunidad internacional. Pyongyang, uno de los regímenes más
aislados políticamente del mundo, utiliza periódicamente este
tipo de desafíos, para tratar de lograr concesiones de los países
enemigos (EEUU y Corea del Sur).
La
Casa Blanca indicó que no puede confirmar que Corea del Norte haya
probado una bomba H, pero ha dicho que responderá de manera
apropiada a cualquier provocación. En Tokio, el primer ministro,
Shinzo Abe, consideró la prueba como una “grave amenaza a nuestra
seguridad nacional, que en ningún caso podemos tolerar”.
Miriam
Ramírez Flores
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