lunes, 9 de mayo de 2016

EL TERREMOTO DE ECUADOR


El pasado 16 de abril, un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter sacudió una de las zonas más pobres de América Latina. Arrasó de madrugada gran parte de Ecuador y ha provocado una tragedia aún incuantificable. Se estima al menos 700 personas han muerto y unas 16.601 han resultado heridas. Otras tantas permanecen bajo los escombros. Ecuador se encuentra conmocionado. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (departamento de la ONU) estima que más de un millón de personas son víctimas del terremoto.

En esta zona geográfica los procesos tectónicos son abundantes por encontrarse entre el límite de la placa continental sudamericana y la del Pacífico. Esto ocurre en la zona del borde costero de Chile, Perú y Ecuador, lugar donde se produjo el mayor terremoto que conoció la historia humana de una magnitud de 9,5 en la escala Ritcher, en el sur de Chile en 1960.

Eran las 18.58 hora local cuando la tierra tembló en el noroeste del país, en la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con el sur de Colombia. El seísmo, el peor en las últimas tres décadas en Ecuador, se sintió en todo el país. El epicentro se produjo en el océano a una profundidad de 20 kilómetros, a 28 de la costa ecuatoriana y a 173 de la capital, Quito. Casi 7.823 réplicas, algunas de una intensidad de hasta 6,1 grados, se han producido desde entonces. Tal y como he mencionado anteriormente, se trata de uno de los peores terremotos que ha sufrido América Latina en la última década, después del que en 2007 golpeó a Perú , en 2010 a Chile y la catástrofe de Haití de ese mismo año, con más de 300.000 muertos.

Esta catástrofe ha provocado daños graves, los lugares más pobres han quedado destruidos y los equipos de rescate no pudieron llegar hasta pasado casi un día del terremoto debido a que las comunicaciones eran imposibles a causa del colapso en las carreteras. Las víctimas piden en un grito desesperado ayuda.

Las víctimas provienen, sobretodo, de estas localidades costeras. Manta, con 226.000 habitantes (el 16,5% de la provincia), es el segundo puerto marítimo del país y una ciudad en crecimiento con edificios de viviendas en el borde de la playa que poco a poco van desplazando las viviendas de pescadores de antaño. Portoviejo en cambio es una ciudad de costa interna en la que viven 280.000 habitantes (el 20% de Manabí) y que se dedica mayormente al comercio y a la reparación de vehículos y motocicletas. Sus casas son más modestas de apenas dos o tres plantas.
La tercera ciudad más afectada y donde todavía no han llegado los organismos de socorro es Pedernales, que tiene 55.000 habitantes (el 4% de la provincia). Su población se dedica a acoger el turismo que llega a sus playas. Hay algunos hoteles en la línea de playa, pero tampoco son edificios muy altos.
Los pobladores de las localidades afectadas por el terremoto buscaron refugio para pasar la noche mientras continuaban las réplicas. El alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, señaló que muchos vecinos se acercaron al aeropuerto de la localidad para tratar de salvaguardarse.
Casas derrumbadas, servicios públicos suspendidos y personas fuera de sus viviendas eran la tónica durante la noche en las localidades de Manta, Chone, Pedernales o Bahía de Caráquez. El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, según el diario El Telégrafo, dijo que la ciudad registra serios daños de infraestructura. Entre las estructuras afectadas está la torre de control del aeropuerto, según la televisión pública.
En la costa sur del país, a 365 kilómetros de Pedernales, en Guayaquil, también colapsaron al menos seis estructuras, entre edificios e infraestructuras públicas.
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, informó a El Telégrafo que cinco viviendas resultaron afectadas en la capital y se sufrieron cortes en el suministro eléctrico, pero las vías de la capital funcionan con normalidad, al igual que el aeropuerto de Tababela. Rodas señaló que hubo daños en la iglesia de La Magdalena, así como deslizamientos de tierra. En varios puntos de la capital, varios ciudadanos informaron en las redes sociales de fisuras en paredes de las viviendas, así como rotura en vidrios de hoteles y casas por el temblor.

El Gobierno ecuatoriano trató de afrontar la tragedia como pudo. Las redes de comunicación estaban hasta hace unos días saturadas e interrumpidas, lo que generaba una gran confusión al impedir a la gente comunicarse con sus familiares

"La tragedia es muy grande, el dolor es muy grande", decía visiblemente emocionado el presidente que en el momento del terremoto se encontraba en Roma. Rafael Correa anunció que 10.000 militares y 4.600 policías habían sido movilizados. El Estado destinará 300 millones de dólares para la emergencia y Correa aseguró que cuenta con una línea de crédito de 600 millones de dólares a través de organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). La comunidad internacional anunció su solidaridad y respaldo inmediato a Ecuador. Algunos países vecinos, como Venezuela y Colombia, fueron los primeros en enviar ayuda. Correa agradeció las llamadas de Mariano Rajoy y de varios líderes latinoamericanos.
Muchos países y no solo latinoamericanos, también europeos y asiáticos han mostrado su solidaridad con Ecuador enviando equipos médicos, de supervivencia y efectivos humanos para la búsqueda de supervivientes y víctimas de la catástrofe. También han realizado aportaciones económicas para paliar el desastre.

Ana Jaramillo Vela

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