... LA SOLEDAD
La
soledad crónica se puede producir ya sea por un cambio de ciudad, de
colegio o incluso por falta de tiempo para mantener buenas relaciones
con familiares o amigos. Se han llevado a cabo estudios que indican
que una de cada cuatro personas se siente sola.
Estas
personas no tienen por qué ser solitarias de naturaleza pero aunque
estén rodeados de gente se sienten socialmente aislados. El
sentimiento de soledad al principio hace que una persona intente
entablar una relación con otras personas, pero a medida que pasa el
tiempo, esto se puede agravar hasta el punto de que esta persona
empiece a retraerse de la sociedad. Y aunque tengan una gran cantidad
de amigos, familiares o seguidores no se sienten en verdad en
sintonía con nadie.
Las
personas que se sienten solas suelen estar más angustiadas,
deprimidas e incluso les cuesta más llevar a cabo actividades
físicas. La soledad además tiene consecuencias físicas: se elevan
los niveles de cortisol, el cortisol es una hormona que aumenta el
estrés, también provoca microdespertares durante la noche, lo que
produce que la persona se despierte más agotada y se reduce nuestra
protección contra virus y aumenta el riesgo de las infecciones
víricas.
Los
resultados de numerosos estudios que implicaron a más de tres
millones de participantes han demostrado que la soledad aumenta un
26% la probabilidad de mortalidad, aproximadamente igual que que la
obesidad.
Lo
más normal es que la familia y los amigos sean los primeros en darse
cuenta de que esta persona sufre de soledad crónica. Cuando una
persona esta triste e irritable, quizá está pidiendo que alguien le
ayude y conecte con él..
La
paciencia, la empatía, el apoyo de amigos y familiares, compartir
buenos momentos con ellos, todo eso puede hacer que sea más fácil
recuperar la confianza y los vínculos y, en definitiva, reducir la
soledad crónica.
Debido
a su frecuencia y repercusiones en la salud debería ser reconocida
como un problema de salud pública Y se le debería prestar más
atención el las escuelas y en los sistemas de salud.
Actualmente
en varios países, principalmente en Dinamarca y Reino Unido, se han
creado programas nacionales para concienciar a los ciudadanos de las
consecuencias que esta patología puede llegar a tener.
Pablo Jiménez y Nacho Hernández
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