España debutó con una convincente y
trabajada victoria (34-27) ante la complicada selección de Hungría en el Europeo de Balonmano 2014, que se disputa en
Dinamarca, desde este domingo hasta el día 26 de enero. Los 'Hispanos' sacaron
provecho de su intensidad defensiva y el acierto en el contragolpe para ponerse
como líderes de grupo e iniciar el torneo con una esperanzadora imagen.
No será un equipo que sorprenda.
Su limitación está muy definida, unida a su falta de lanzadores de nueve metros
y de estrellas rotundas, como evidente resulta su potencial, localizado en la
defensa, donde logra constituirse en muralla que ni las catapultas rivales
salvan. Con Gedeón Guardiola, Viran Morros y Joan Cañellas establecidos en el
centro de la defensa, tocando o frenando los disparos, toda la selección
cambia. El portero ve propulsada su efectividad y los extremos ven brotar
balones para sus contraataques. En esos momentos, España vale mucho más que
España y se convierte en candidato a los podios.
En el pecho muestran una segunda
estrella, resultado de un segundo oro al
contribuyeron Alberto Entrerríos y Sterbik. Pero ahora ellos no están, aunque el
equipo está acostumbrado a resolver ese tipo de problemas. Puede llegar el
momento, ante Francia, Dinamarca o Croacia, en que la falta de efectivos frene
sus aspiraciones, pero de momento no hay preocupación.
España intenta agotar todos los
plazos a su alcance para disponer del mejor pivote ofensivo del mundo, Julen
Aginagalde. El jugador del Kielce polaco no ha disputado ninguno de los cinco
partidos de preparación de los 'Hispanos' y ha seguido un programa específico
de recuperación de las molestias en los aductores de la pierna izquierda con
las que acabó el año.
Adrián Domínguez Moreno.
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