El racismo y la discriminación siguen siendo un grave problema, ya que no respetan los derechos humanos de aquellas personas que son diferentes. Por ello, el 21 de marzo fue proclamado por la Asamblea General en octubre de 1966 como el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial.
En la actualidad, se han multiplicado los actos de discriminación y agresión, especialmente contra los inmigrantes, que junto a manifestaciones violentas, derivadas de pensamientos agresivos y excluyentes, constituyen nuevas expresiones de xenofobia.
Los sucesos trágicos en diferentes lugares y el terrorismo son la muestra de esta intolerancia criminal convertida en permanente amenaza.
De igual manera, el desprecio y la violación de los derechos humanos y libertades fundamentales, en particular, de la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de cualquier otra convicción, se suele basar en pensamientos injustos y peligrosos por temor a lo diferente.
Hoy día, el racismo adopta formas diversas en distintos países aunque generalmente, conlleva discriminación, marginación, rechazo a la cultura y a los valores ajenos, y puede manifestarse en conductas que van desde la negación de derechos y el acoso, hasta la violencia.
Hoy día, el racismo adopta formas diversas en distintos países aunque generalmente, conlleva discriminación, marginación, rechazo a la cultura y a los valores ajenos, y puede manifestarse en conductas que van desde la negación de derechos y el acoso, hasta la violencia.
La tolerancia y la educación intercultural junto a la integración social y la garantía de los derechos humanos son factores necesarios para avanzar en esa lucha permanente para la eliminación de la discriminación racial y, sobre todo, para construir una mundo mejor.
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