miércoles, 13 de abril de 2016

DIEGO

DIEGO, UN NIÑO DE 11 AÑOS, SE SUIDICA: “NO AGUANTO IR AL COLEGIO”

Diego, un niño madrileño, de 11 años de edad, se quitó la vida el pasado 14 de octubre, saltando desde el quinto piso donde vivía. Se cree que la principal causa fue el acoso escolar (bullying) que sufría. El día parecía haber comenzado como otro día cualquiera. La madre ya estaba despierta y esperaba a que Diego se despertara para explicarles algunas lecciones de Naturales y Sociales. La madre desde la puerta vio las zapatillas de Diego en el suelo, y entonces pensó que estaría dormido. Cuando se dispuso a entrar, para su sorpresa, Diego no estaba acostado. Lo buscó por toda la vivienda, y cuando llegó a la cocina, la ventana estaba abierta. Entonces vio una sombra en el suelo, y en el alféizar de la ventana un mensaje que decía: “Mirad en Lucho”.


Lucho, el muñeco amarillo de los Lunnis que tenía desde bebé, sujetaba un cuaderno, el cuál guardaba una carta. Este escrito fue redactado por Diego, con una inmadurez impropia para su edad. En ella, explicaba las razones que le llevaron al suicidio y aprovechó para despedirse de su familia, a los que les dedicó unas afectuosas palabras: “Papá, mamá, estos 11 años que llevo con vosotros han sido muy buenos y nunca los olvidaré como nunca os olvidaré a vosotros. Papá, tú me has enseñado a ser buena persona y a cumplir las promesas, además, has jugado muchísimo conmigo. Mamá, tú me has cuidado muchísimo y me has llevado a muchos sitios. Los dos sois increíbles pero juntos sois los mejores padres del mundo”. En su despedida, también les dedicó unas palabras a otros familiares: “Tata, tú has aguantado muchas cosas por mí y por papá, te estoy muy agradecido y te quiero mucho”. “Abuelo, tú siempre has sido muy generoso conmigo y te has preocupado por mí. Te quiero mucho”. “Lolo, tú me has ayudado mucho con mis deberes y me has tratado bien. Te deseo suerte para que puedas ver a Eli”. La carta finaliza dejando al descubierto los problemas de acoso que sufre en el colegio. “Os digo esto porque yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir. Por favor, espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Os pido que no os separéis papá y mamá, sólo viéndoos juntos y felices yo seré feliz. Os echaré de menos y espero que un día podamos volver a vernos en el cielo. Bueno, me despido para siempre. Firmado Diego. Ah, una cosa, espero que encuentres trabajo muy pronto Tata”.

Sin duda alguna, sus padres aseguran que el motivo que llevó a su hijo a quitarse la vida fue el acoso escolar que sufría en el centro “Nuestra Señora de los Ángeles” del madrileño barrio de Villaverde, acusando al centro escolar y a la Consejería de Educación de la comunidad madrileña, de tratar de ocultar el caso y eludir responsabilidades. La madre asegura que en ningún momento tuvieron ninguna sospecha, ya que su hijo Diego no les contó nunca nada al respecto. Tampoco cuando estuvo cuatro meses de baja por un «shock». Era un niño brillante, sacaba buenas notas y se le veía «bien» y «contento», afirmaron los tutores a la madre del menor en diferentes reuniones que tuvieron antes de que ocurriera el suceso Primeramente, la Policía descartó que se tratara de un caso de 'bullying' y la juez de Instrucción 1 de Leganés se dispuso a archivar la causa, pese a la misiva del niño y al testimonio de algunos padres que confirman la existencia del problema de acoso escolar en el centro. Posteriormente, debido a un recurso presentado por los padres y a la existencia de un testigo que aportó indicios desconocidos hasta el momento, el Juzgado reabrió el caso de Diego. Los responsables del centro se negaron a comentar nada al respecto. Estando el cuerpo de Diego en el tanatorio, el forense y la policía se personaron para tomar muestras que pudieran revelar la existencia de posibles abusos sexuales.

Desafortunadamente, las muestras nunca fueron analizadas, afirma el abogado de la familia. Una vez reabierto el caso de Diego, el director niega la existencia de casos de acosos en el centro que dirige. Aunque el Juzgado considera necesario continuar con la instrucción de la causa para comprobar la veracidad de las afirmaciones del testigo, pero el auto actual aclara que "la posible existencia de unos hechos que pudieran ser constitutivos de una situación de acoso escolar frente al menor fallecido (hechos que no han quedado acreditados y que habrán de ser investigados en su caso por la Fiscalía de Menores), no implica la existencia de un delito de homicidio imprudente por parte del profesorado del centro [...] y (por tanto) no resultan suficientes indicios para proceder a tomar declaración como investigados (anteriormente imputados) a los profesores indicados en el recurso como autores o coautores del delito que se les pretende imputar". Por último, me gustaría que esta noticia sirviese para reflexionar acerca de un problema que existe en muchas de las aulas de los centros españoles y que aumenta considerablemente, provocando situaciones similares a la descrita en esta noticia.



Ana Jaramillo Vela

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